¿Qué es una deficiencia visual?

Muchos de nosotros llevamos gafas o lentes de contacto. Gracias a estas ayudas para la visión podemos volver a ver bien de nuevo. Pero, ¿qué hacer cuando esto no es suficiente? Cualquier persona puede sufrir, en cualquier momento, una deficiencia en la visión. Sin embargo, las deficiencias visuales son más frecuentes en edades avanzadas. En este artículo explicamos cuáles pueden ser las razones y cómo las ayudas para la visión y la gente que nos rodean pueden ayudar a los afectados.

Hay muchas deficiencias visuales diferentes, algunas de las cuales no son evidentes de forma inmediata. Parientes, compañeros de trabajo o incluso amigos no se pueden imaginar las dificultades diarias por las que pasa alguien con una deficiencia visual. Sin embargo, existen muchas pequeñas cosas que pueden mejorar el día a día y la independencia de los afectados.

Cada deficiencia visual tiene sus características propias y los pacientes presentan una gran variedad de síntomas: campo visual restringido (visión en túnel), pérdida de campo visual, sensibilidad a luz deslumbrante, ceguera nocturna, daltonismo o limitaciones severas en la capacidad visual. Incluso con un diagnóstico parecido, los efectos pueden ser muy distintos.

Capacidad visual, según se define en la legislación: en Alemania se clasifica en función del nivel de deficiencia, usando porcentajes. Dicta las prestaciones a las que se puede acceder en función del grado de deficiencia. Si, por ejemplo, una persona puede reconocer un objeto a una distancia de 10 metros, cuando una persona con una visión normal la reconocería a 100 metros, se dice que la persona con deficiencia tiene una visión del 10 % en vez del 100 % (visión = agudeza visual = 0.1).

Un factor decisivo para la clasificación de una deficiencia visual determinada, además del factor de agudeza visual, es la extensión del campo de visión. Existen tres tipos de deficiencia visual:

• Deficiencia física de grado: las gafas no mejoran la agudeza visual (de cerca y lejos) más de un 30 % (visión de 0.3) o existe una distorsión de la capacidad visual en un grado determinado (normalmente son daños en el campo visual).
• Deficiencia visual de grado alto: las gafas no mejoran la agudeza visual (de cerca y lejos) más de un 5 % (visión de 0.05) o, en caso de un grado de visión mayor, existen distorsiones añadidas de la capacidad visual (normalmente son restricciones en el campo visual).
• Ceguera, según define la ley: las gafas no mejoran la agudeza visual (de cerca y lejos) más de un 2 % (visión de 0.02) o la capacidad visual está tan afectada por restricciones en el campo de visión que la agudeza visual equivale al 2 %.

1. Dispositivos de aumento para la visión: dependiendo del grado de deficiencia visual, existen diferentes dispositivos que se pueden usar. Se pueden pedir al optómetra que se realice una personalización a medida de la ayuda visual. De esta forma se obtiene el rendimiento visual óptimo para el portador. El objetivo es maximizar la agudeza visual y el campo de visión.
2. Como las deficiencias visuales no siempre son fáciles de reconocer y tienen síntomas muy diferenciados, esté siempre dispuesto a ayudar si le preguntan. Preste especial atención a aquellas personas con deficiencias visuales que se mueven en público y no están usando un bastón o no llevan un brazalete amarillo. Puede que pidan información, como por ejemplo, el destino de un autobús, el color de un semáforo o el número de una plaza reservada. Una respuesta precisa será de gran ayuda. No se sorprenda si ve a alguien con una deficiencia visual, llevando un bastón, y que está comprando una revista en un quiosco o que está leyendo un libro en el tren con ayuda de lentes de aumento. No están fingiendo su deficiencia visual. Pueden ser perfectamente capaces de orientarse bien durante sus actividades diarias o puede que sólo necesiten el bastón por la noche. Gracias al entrenamiento de movilidad, muchas personas con deficiencias visuales se las arreglan bien en sus tareas diarias y sólo necesitan ayuda en circunstancias específicas.
3. El contraste ayuda. Las habitaciones, la disposición de los muebles e incluso la disposición de los utensilios en la mesa se pueden adaptar a las necesidades de aquellas personas con deficiencias visuales. También ayudan una iluminación libre de reflejos o lámparas adicionales, como ayuda de lectura o para trabajos en la cocina. La mejor opción: fuentes de luz fría con una alta intensidad lumínica. Las lámparas halógenas no son la mejor opción.
4. Muchas personas con deficiencias visuales tienen problemas a la hora de escribir. Lo más sencillo es hacerlo en papel blanco, con un rotulador negro de punta gruesa.
5. Si está hablando con una persona con deficiencia visual, no se sorprenda si su interlocutor no es capaz de establecer contacto con la mirada. Alguien con una deficiencia central del campo de visión puede dar la impresión de estar mirando a un punto que se encuentra detrás de usted. Esto no debería afectar a una conversación normal. En algunos casos, una persona con deficiencia visual puede dar la impresión equivocada de que es arrogante o descortés. Pero recuerde: muchas situaciones diarias requieren un gran esfuerzo y concentración para personas con deficiencias visuales. Igualmente, muchas personas con deficiencias visuales tienen dificultad a la hora de reconocer caras o de interpretar gestos, o sólo son capaces de hacerlo a muy corta distancia. Esto explicaría por qué una persona con una deficiencia visual puede ser lenta a la hora de responder a un saludo.

Un consejo a la hora de hacer regalos: mucha gente con deficiencia visual disfruta, tanto para relajarse como para diversión, de los audiolibros, disponibles actualmente tanto en CD como en descarga.