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Cómo cuidar sus lentes correctivos
Si cuida bien de sus gafas, le será más fácil mantener todo bien enfocado. Estos son nuestros consejos.
Los lentes correctivos de hoy en día son un verdadero milagro tecnológico. Si desea disfrutar de sus gafas el mayor tiempo posible, no sólo es importante cuidar bien de ellas, sino que también es importante protegerlas de los daños causados por factores externos nocivos.
Independientemente de si padece miopía o hipermetropía, es fácil obtener nitidez de visión si lleva las lentes graduadas adecuadas. Podrá disfrutar de sus gafas durante muchos años si encarga a un óptico que se las adapte en función de sus dioptrías individuales. No obstante, otra condición indispensable es el cuidado y manipulación correctos de sus gafas. La manipulación incorrecta de las lentes de última generación puede provocar arañazos u otros daños.
Este es el caso de las lentes de plástico. Los tratamientos de alta tecnología ofrecen un nivel máximo de protección, incluso en el caso de lentes de plástico finas y frágiles; sin embargo, sigue existiendo el riesgo de que sufran arañazos. Las lentes pierden claridad, resulta más difícil mirar a través de ellas y la visión se vuelve menos nítida. Sin embargo, esto no tiene por qué ocurrir. Estos son algunos consejos útiles:
Paños de microfibra para lentes
Para el cuidado diario de sus lentes, es importante usar sólo paños hechos de microfibra. Estos están disponibles en las ópticas. El polvo y la suciedad se quedan adheridos a ellos. Este proceso, conocido como limpieza en seco, elimina las partículas de suciedad y polvo y puede realizarse en cualquier momento. Si las lentes graduadas están más sucias de lo normal, lo primero que debería hacer es lavarlas bajo agua tibia. Los aerosoles limpialentes, disponibles en ópticas, también son muy efectivos. Tras la limpieza con el aerosol, las lentes graduadas pueden secarse con un pañito para lentes.
La ropa no es el sustituto apropiado de los pañitos de microfibra
Los lentes correctivos no congenian bien con camisetas, jerseys ni otros textiles. A pesar de ser la opción más fácil y tentadora, no es buena idea limpiar las gafas con la ropa. El riesgo de rayar los lentes correctivos es demasiado alto. Y las ralladuras no pueden eliminarse de los lentes. El daño causado es permanente.
De vez en cuando, vale la pena acercarse a una óptica para que le limpien las gafas. El optómetra dispone de instrumentos especiales con los que limpiar las gafas a fondo y con cuidado. El más importante es el baño ultrasónico. En este proceso, las gafas son depositadas en un recipiente especial. En tan sólo un par de minutos, las gafas se limpian con una eficiencia extrema gracias a las vibraciones ultrasónicas. En este proceso no sólo se limpian los lentes, sino también la montura. Hoy en día existen incluso dispositivos de uso doméstico. Si desea adquirir uno, le recomendamos acudir a una tienda especializada para que le asesoren, dado que los mejores resultados de limpieza se obtienen con dispositivos que funcionan a una frecuencia de vibraciones muy elevada.
Cuidado con temperaturas demasiado altas o bajas
La manipulación correcta de las gafas es igual de importante que su cuidado. Parece obvio, pero por si acaso: no deposite nunca sus gafas con las lentes hacia abajo. Pliéguelas y depósitelas de forma que queden apoyadas sobre la montura. Para evitar buscarlas una y otra vez, es recomendable guardarlas siempre en el mismo sitio. Así estarán siempre ahí y será fácil encontrarlas. También hay que subrayar que los sillones, sillas y sofás no son, en absoluto, el lugar adecuado para guardar las gafas. Uno podría sentarse fácilmente por descuido encima de ellas.
Si no va a llevar sus gafas durante un tiempo, por ejemplo por la noche, es recomendable guardarlas en su estuche. Este consejo es especialmente importante para aquellas personas que tienen perros. En el peor de los casos, podría encontrar a su mascota mascando alegremente la montura o incluso las lentes de sus gafas. Esto no sólo podría provocar su enfado, sino que podría resultar realmente peligroso para su perro.
Otra cosa que no soportan las gafas ni los lentes correctivos son las altas temperaturas. Por esta razón, no deje sus gafas expuestas a la luz solar directa, ni en verano ni en invierno. Sobre todo, no olvide sus gafas en el salpicadero de su coche. Los radiadores tampoco son buenos amigos de las gafas. Y si tiene previsto ir a la sauna, es mejor que deje sus gafas fuera. Los meses fríos del año también pueden dañar las gafas, pudiendo doblarse si se exponen a temperaturas muy bajas. En invierno, no es buena idea dejarlas en el coche toda la noche.
Por lo general, los tratamientos de alta calidad para lentes pueden facilitarle la vida y la limpieza de sus gafas. El tratamiento LotuTec® de ZEISS, por ejemplo, hace que los lentes repelan el agua y la suciedad y les confiere propiedades antiestáticas. El tratamiento LotuTec® alisa la superficie de forma que las partículas de suciedad y las gotas de agua dejan de adherirse a los lentes de corrección y resbalan de ellos como si se tratara de una hoja de loto. Por esta razón, los lentes de correción que disponen de este tratamiento son más fáciles de limpiar y no será necesario limpiarlos con tanta frecuencia. Incluso las huellas que dejan los dedos pueden eliminarse fácilmente de los lentes correctivos.
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